Paulo Henrique Ganso
Recuerdo la primera vez que lo conocí. Estaba yo sentado, en mi silla con respaldo reclinable, frente a la pantalla del ordenador, esperando a que comenzara el partido de la selección brasileña sub20. Los amarillos se enfrentaban a Costa Rica, a la postre revelación, con, entre otros, Esteban Alvarado, Bryan Oviedo o Marcos Ureña como futbolistas más destacados. Era el Mundial que se celebraba en Egipto, año 2009. En mi silla con respaldo reclinable, mientras visionaba el encuentro y tomaba algunos apuntes, no pude evitar fijarme en un chaval de raza blanca que llevaba el dorsal con el número 11 a la espalda. Sentado en mi silla con respaldo reclinable, mientras veía el encuentro y tomaba algunos apuntes, no pude reprimir la tentación de entrar en la web de la FIFA para descubrir quién era uno de los imberbes que había captado mi atención. Se llamaba Paulo Henrique, se le conoce como Ganso. Me atrajo, no de la forma que puede atraer a una mujer hetero o a un hombre homosexual (inevitablemente, a los hombres heterosexuales nos sucede algo similar con las deportistas féminas, que a pesar de la calidad que puedan atesorar, inexorablemente nos fijamos en algún aspecto de su físico). Decía, que mientras estaba sobre mi silla con respaldo reclinable, Paulo Henrique Ganso captó mi atención; por su talento, por su excelsa calidad con la pelota entre los pies, por su seguridad, por su calma, por su capacidad de inventiva, por su movilidad, por su confianza, por su genialidad... por ser un futbolista atípico, estéticamente hermoso. Y en mi silla con respaldo reclinable seguí prestando atención al partido, y a Paulo Henrique. Después llegaron otros partidos más, hasta la final, también vistos desde mi silla con respaldo reclinable, donde el futbolista brasileño no hizo más que confirmar mis impresiones.
Ahora, en este instante, escribiendo con las nalgas apoyadas sobre mi silla con respaldo reclinable, pienso, voy a intentar explicar, porque considero que Paulo Henrique es un futbolista muy interesante, interesante se queda corto; voy a intentar exponer porque pienso que posee un tremendo potencial. Para mí, desde luego, una de las nuevas grandes joyas brasileñas. Ganso es, ante todo, un jugador netamente ofensivo: nacido para atacar, para crear, para estar en contacto con el balón. Comentaba anteriormente que me parecía atípico en su forma de jugar, ya que aunque puede jugar de extremo (en realidad de falso extremo) o de mediapunta (de falso mediapunta), una de las cualidades inherentes a su ser y su forma de entender el fútbol es la movilidad. No para quieto. Le gusta bajar a recibir, sentirse importante, moverse libremente sobre el terreno de juego, tener poder de decisión y libertad creativa, recibir al pie. Y todo lo móvil que es sin balón, se convierte en estático con éste. A pesar de que su capacidad de desborde es notoria, y su técnica individual descomunal, se siente mejor, más a gusto, como asistente. Su prodigiosa visión de juego y su excelso golpeo de pelota le convierten en un mortífero pasador. Prefiere que la bola le llegue al pie; una vez la tiene inventar por su propia cuenta. Ya sea una combinación (la das y te vas), un regate, una jugada individual, un inverosímil pase, un intencionado disparo. Es imprevisible. Aunque es cierto que se siente muy cómodo jugando en zona de mediapunta, levitando sobre el terreno, asumiendo el rol de último pasador, sus movimientos entre líneas son sobresalientes, no menos sus diagonales interiores y desmarques (para recibir el balón al espacio). Señal de que entiende el juego y su desarrollo. Esos movimientos, esa capacidad para leer situaciones de partido; le convierten en un jugador mucho más mortífero. Le gusta partir de una posición escorada para irse hacia adentro. Elegante, con descomunal clase y portentosa zancada, es un lujo. Es zurdo aunque su manejo de la pierna derecha resulta fabuloso, por lo que, como imaginaréis, su dominio del esférico es difícil de igualar. También hay que temer sus centros al área: precisos, intencionados, en definitiva, peligrosos. Y por supuesto, se trata de un gran lanzador a balón parado. Aparte, físicamente es potente, posee una fortaleza impropia en jugadores de su calidad. Sabe aguantar la pelota, utilizar su cuerpo, suele provocar muchas faltas, es harto complicado robarle la bola.
De Paulo Henrique, en cualquier momento, puedes y debes esperar una maravilla. Además, no solamente es un futbolista estético, efectista; su efectividad también la pone al servicio del conjunto. No obstante, reconozco que aún le faltan pulir algunos detalles de su juego, explotar más y mejor su potencial y talento. Por ejemplo, digamos que la definición, a pesar de su tremenda calidad, no es su punto fuerte. A veces da la sensación en el vidente, de que se adorna más de lo que debe, de que le puede faltar algo de punch; algo que sin duda irá puliendo con los años y la experiencia. También se muestra irregular en sus actuaciones, aparece y desaparece, puede tener actuaciones brillantísimas o pasar desapercibido dependiendo del partido, debe ganar en solidez (sin matar su talento y desparpajo) y regularidad. Su colaboración en el aparado defensivo es otra de las facetas en las que debe hacer hincapié.
Nacido en 1989 y perteneciente al Santos, ya es todo un ídolo en su país, incluso ha debutado con la selección absoluta. En mi silla con respaldo reclinable, frente a la pantalla del ordenador, mientras escribo esto, pienso, no debería tardar en desembarcar al fútbol europeo y convertirse en ídolo de masas. Condiciones le sobran. Su visión de juego y capacidad y precisión en el pase me siguen deslumbrando. Su desborde y amor por la pelota. Sus frenéticas conducciones. Su juego al primer toque. Su dominio del esférico. Su imaginación. Su capacidad de inventiva en apenas un metro cuadrado. Su golpeo. Su regate. Su desparpajo y excelso talento. Su genialidad. Sólo tiene que pulir algunos detalles, y que alguien se atreva a darle una oportunidad de verdad, además de pagar una cuantiosa cantidad de dinero por hacerse con sus servicios. Por su atípico perfil, su poco ortodoxa aunque extraordinariamente bella forma de jugar; pueden haber muchos entrenadores reacios a darle la oportunidad, otros tantos desconfiados sobre su adaptación a Europa. Craso error, pienso sobre mi silla con respaldo reclinable.
Foto: www.dailymail.co.uk (Reuters)
Etiquetas: Ganso, Paulo Henrique
3 Comments:
Hola.
Aunque cansa un poco eso de el nuevo zidane, el nuevo messi, el nuevo ronaldo y todo eso, cierto es que este chaval tiene cosas que llaman la atencion.
Pronto es para decir que sera alguien importante, pero en el futbol hay que arriesgar. Y ojala lo veamos pronto por Europa.
Un saludo desde www.benditoeselfutbol.blogspot.com
12:15
Yo también lo descubrí casi de casualidad en un partido del Santos en el que quería ver a Neymar y fue Ganso el que me impresionó, tiene un control del juego como pocos, sabe que hacer en cada momento y eso no tiene precio. Una pena su grave lesión.
Saludos
17:15
Esta joven promesa va a llegar muy alto en el mundo del fútbol. Es cierto que se muestra intermitente y algo irregular, pero también Cristiano Ronaldo sufría en el mismo aspecto cuando empezaba a despuntar con Portugal o en Lisboa. Y veamos donde a llegado. Este chaval nos va a regalar magníficas tardes de fútbol. En mi opinión, es una auténtica joya.
Un saludo desde Momentos de Fútbol
10:22
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