Soner Aydogdu

El Europeo sub17 del 2008 nos dejó grandes destellos y momentos, donde la nueva generación turca fue de lo más destacado, que si bien quedaron apeados en las semifinales frente a Francia por penaltis, por juego desplegado y talento merecieron llegar a la final y enfrentarse de tú a tú frente a la selección española, a la postre vencedora. Soner Aydogdu era uno de los integrantes que más sobresalieron de esta generación, junto a Abdülkadir Kayali formó un centro del campo de ensueño.

Actuó de mediocentro a lo largo de todo el torneo, aunque bajo mi punto de vista su demarcación ideal es la de interior. Zurdo de delicioso y delicado toque de balón, notable a nivel técnico y con mucho recorrido, es un gran distribuidor ya que es capaz de dominar con maestría tanto el pase en corto como en largo, su golpeo casi siempre resulta preciso y es complicado verle perder un balón que pueda entrañar peligro para su equipo. Muy dotado para el regate y con una magnífica visión de juego, tiene condiciones para sumarse al ataque con mucho peligro, aunque en ocasiones le cuesta debido que se compromete defensivamente y no quiere dejar a su equipo en inferioridad en caso de contragolpe del rival. No obstante, cuando lo intenta suele causar estragos, le gusta hacerlo mediante combinaciones y paredes, aunque también puede optar por la jugada individual, en cualquier instante puede meter un pase de gol a un compañero. Calmado y atrevido, tiene confianza en sí mismo y sus posibilidades, y eso se nota sobre el campo. Físicamente también es bastante bueno, es un jugador equilibrado, aunque este es un aspecto en el que aún tiene margen de mejora: tanto referida a su capacidad aeróbica como a su fuerza, explosividad y cuerpo. Excelso lanzador de contraataques, domina las transiciones ofensivas –ataque rápido tras recuperación de balón- de forma soberbia, sabe cómo llevar mucho peligro en estas situaciones. Defensivamente le gusta asumir un rol más posicional –se coloca bastante bien, demuestra inteligencia táctica- que de desgaste, y aunque se muestra implicado, aún debe progresar y mucho en esta faceta. Se nota que sin balón no está tan cómodo como con él, en demasiadas ocasiones llega tarde o es rebasado en jugada individual, se le echa de menos más presencia e intensidad. También debe intentar mostrarse más regular a lo largo de los 90 minutos de cada encuentro, suele tener altos y bajos demasiados frecuentes en éstos, por lo que tras minutos brillantes por su parte puede tirarse un buen rato “desaparecido”. Es un buen lanzador a balón parado y tiene un interesante disparo desde media distancia que debería probar más.

Nacido en 1991 y perteneciente a las filas del Gençlerbirliği, tiene tiempo para seguir mejorando sus debilidades y potenciar sus virtudes. Habrá que estar muy atentos a la evolución de este chaval, porque le sobra clase y talento, parece que también le acompaña la actitud adecuada. sin duda, es carne de selección absoluta en un futuro. A mí me encanta.

Fotos: www.tff.org