Mario Götze

El joven Mario es un exquisito futbolista alemán, llamado a convertirse en un importante referente de su país (y probablemente mundial) en los años venideros. Alumbrado en 1992, su paso por las categorías inferiores de su país está siendo, hasta el momento, fulgurante, con grandes éxitos atesorados, por ahora el mayor de todos el Europeo sub17 conseguido en el 2009, siendo uno de los puntales de una nueva generación de oro germana, de la que también se puede atisbar descomunal talento en jugadores como Chris Buchtmann o Lennart Thy, sin olvidar a otros prometedores como pudieran ser Marc-André ter Stegen, Bienvenue Basala, Marvin Plattenhardt, Shkodran Mustafi, Reinhold Yabo o Florian Trinks. Sólo algunos exponentes, cierto, de los más destacados, de la generación del 92.

Pertenece al Borussia Dortmund, club con el que incluso ya ha disfrutado de algunos minutos (aunque sean de la basura, a su edad es algo muy reseñable, en este caso se corresponde con su potencial), me aventuro a predecir que la próxima temporada será la de su estallido definitivo en el fútbol alemán. Digo bien: estallido, explosión, despegue. Con su porte, su elegancia y su exquisita técnica aturullará a propios y extraños. Mediapunta puro, fino, estilista, romántico; futbolista de aspecto delicado (poca estatura, delgado, estrecho de hombros) pero de gran resistencia física y fortaleza mental; soberbio técnicamente. Diestro, maneja su pie bueno como si se tratara de una mano. Golpea con extremada precisión, lo que unido a su sobresaliente visión de juego y a su capacidad para jugar tanto en corto como en largo le convierten en un gran asistente. Excelso en el pase, no duda en ofrecerse y bajar a recibir si su equipo lo requiere; sabe proteger el esférico, ve los espacios. Sin embargo, a mi juicio, cuanto más cercano al área se encuentra (sin excederse), más cómodo se siente, y más útil resulta para su equipo. También puede actuar escorado a cualquiera de las dos bandas, como interior, con tendencia a ir hacia adentro. Su polivalencia es un rasgo que le otorga un mayor valor si cabe. Impredecible, en cualquier instante es capaz de inventar una genialidad (el espectador se queda con cara alucinada, se frota los ojos, piensa que ha sido una ilusión; sí, de tal calibre pueden llegar a ser estos “inventos”), aunque no puedo obviar que, por el momento, comete algunas pérdidas de balón importantes (que pueden dar lugar a rápidos y peligrosos contraataques), probablemente por exceso de confianza, tienen mucho que ver con otro exceso, el de retención o conducción de la pelota. Otra característica suya, como jugador, es que se muestra excesivamente (seguimos con los excesos) irregular, suele “desaparecer” en fases de los partidos, en ocasiones se echa de menos que asuma más responsabilidad, y por qué no mencionarlo, resulte más decisivo. Especialmente ateniendo a su calidad. Y es que, a pesar de su indudable aptitud en el apartado ofensivo, a su vez, debe resultar más demoledor. Crea peligro, lleva muchísimo peligro, aunque debería mejorar su definición cara a portería e intentar hacer más daño mediante su disparo, a veces puede ofrecer la sensación de que le falta un poquito de punch. Pero para que no quede ni un atisbo de duda, me reiteraré en su manejo del esférico; abrumador.

Pese a que sabe utilizar su cuerpo –bastante equilibrado- de forma notable, debe ganar masa muscular y fuerza. Muy bueno en el uno contra uno, cuando está “enchufado” es harto complicado hurtarle la bola sin cometer una infracción. Especialista en amagos y quiebros en cortas distancias, parece llevar el esférico pegado al pie, lo esconde como pocos futbolistas. Quizá también carezca de un pelín de velocidad punta, aunque obviamente, es algo secundario, y por supuesto, no le impide brillar ni demostrar todo su talento en cuanto salta al terreno de juego. Defensivamente, debe progresar, pero se muestra implicado en beneficio del equipo (sobretodo si el técnico lo solicita): va a la presión, su repliegue es interesante,... aunque obviamente, no es lo que más le gusta. Otro punto interesante en su juego es que es inteligente en los movimientos sin balón, no sólo ve los espacios libres sino también los sabe buscar e interpretar. Certero como asistente, magnífico en el último pase, generoso, también oportuno y perspicaz en las combinaciones.

En definitiva; fino y pausado estilista, decisivo con margen de mejora, desprende clase y una infinita sensualidad. Verlo en su esplendor, sobre el césped, con el esférico, a punto de crear una exquisitez; es como sentir una de esas emotivas canciones que erizan los pelos de la piel, como experimentar uno de esos repentinos escalofríos que hacen recorrer por el cuerpo un etéreo placer, como llegar a uno de los puntos álgidos de la acción.

Götze, el asistente, por partida doble


Fotos: www.zimbio.com (Joern Pollex - FIFA/FIFA)